Tal vez ahora entiendo
por qué la humanidad
siempre esperó que se terminara
el mundo.
Desde los comienzos mismos
de su propia historia,
siempre hubo crueldad, violencia,
crímenes, abusos, guerras.
Ante tal impotencia
quienes añoraban un mundo mejor
no tuvieron otra chance que esperar
el fin del mundo.
Y así es esperado, pedido, necesitado.
Más que fin del mundo,
fin de la humanidad.
Pues nada puede ser más diabólico
que el propio hombre
luchando contra sí mismo.
Disfrazado de ángel o demonio,
siempre atrás se encuentra él.
Incapaz de sobrevivir en el amor
se autoflagela y autodestruye.
Y quienes nos observan
cuánto interés pueden tener
en ayudarnos?
Cuánto? Si desde que se sabe
de ellos,
nunca han hecho nada por detener
esta masacre.

En el 2012 teníamos miedo,
pero era un alivio saber
que por fin se terminaba todo.
Buenos y malos.
Ya no importaba.

Prefiero morir como un bueno
antes que vivir como un malo.

Lo bueno de todo esto
es saber que no es nuestra vida eterna,
y con nosotros termina algo de todo esto.

Agradezco al momento de morir,
aunque tanto miedo le tenga,
pues al morir al fin
dejaré de pertenecer
a todo el horror
que es este mundo.

A. Jose Maria Pintos.

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