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jueves, 25 de septiembre de 2014

El todo como la nada
no se diferencian entre sí,
sino sólo para quien se pone
en papel de observador.
Toda polaridad termina como comienza,
siendo su opuesto y transmutando
de estado en estado,
y de grado en grado.
El todo en su totalidad lo abarca todo,
se expande y se recrea a sí mismo,
y crece tanto que en su expansión
termina siendo nada.
El todo y la nada una misma realidad.
Materia y antimateria.
Opuestos.
No hay fronteras.
Todo lo que es,
lo es porque el "otro" existe.
En realidad no hay opuestos,
sino complementarios.
Cuanto más se aleja la similitud
más se parecen.
Y cuanto más se acerca,
más se diferencian
y más se atraen y se rechazan,
hasta que terminan siendo uno.

A. Jose Maria Pintos.

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