El todo como la nada
no se diferencian entre sí,
sino sólo para quien se pone
en papel de observador.
Toda polaridad termina como comienza,
siendo su opuesto y transmutando
de estado en estado,
y de grado en grado.
El todo en su totalidad lo abarca todo,
se expande y se recrea a sí mismo,
y crece tanto que en su expansión
termina siendo nada.
El todo y la nada una misma realidad.
Materia y antimateria.
Opuestos.
No hay fronteras.
Todo lo que es,
lo es porque el "otro" existe.
En realidad no hay opuestos,
sino complementarios.
Cuanto más se aleja la similitud
más se parecen.
Y cuanto más se acerca,
más se diferencian
y más se atraen y se rechazan,
hasta que terminan siendo uno.
no se diferencian entre sí,
sino sólo para quien se pone
en papel de observador.
Toda polaridad termina como comienza,
siendo su opuesto y transmutando
de estado en estado,
y de grado en grado.
El todo en su totalidad lo abarca todo,
se expande y se recrea a sí mismo,
y crece tanto que en su expansión
termina siendo nada.
El todo y la nada una misma realidad.
Materia y antimateria.
Opuestos.
No hay fronteras.
Todo lo que es,
lo es porque el "otro" existe.
En realidad no hay opuestos,
sino complementarios.
Cuanto más se aleja la similitud
más se parecen.
Y cuanto más se acerca,
más se diferencian
y más se atraen y se rechazan,
hasta que terminan siendo uno.
A. Jose Maria Pintos.
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