NO SOY UN MAESTRO, NI UN CONSEJERO, NI UN SABIO.

Soy un caminante entre tantos otros que duerme bajo las estrellas, que respira la lluvia, que saborea la nieve.
Soy una persona que está entre ustedes y es como ustedes.
Y escribo porque mi corazón me dicta.
Escribo al silencio, al mundo, a la naturaleza, a mi fe, a mi ignorancia.
Escribo a las personas que amo, y a las que no amo, también.
Escribo para la mujer que elegí y me eligió para estar juntos toda la vida.
Escribo para los hijos que vinieron, y para los que vendrán.
Para los amigos, y para los que no lo son.
Escribo para pensar, y no pienso para escribir.

Escribo para los niños grandes y para los adultos niños.
Escribo porque no sé manifestarme de otro modo, como cantar, pintar,
construir, ...
Escribo para el niño que soy y se mantiene vivo porque creo en él y lo mantengo desde que nací.
.....................
No soy un escritor, ni un licenciado, ni un poeta, aún mucho menos un conocedor.
Soy un caminante como tantos otros
que va dejando sus huellas en el camino y en esas huellas parte de su vida.
Soy la flor en el desierto.
La esperanza de lluvia en el la sequía, la fe en el incrédulo,
el amor en la declaración de guerra.

Soy para estar donde debo estar
para cuando alguien necesite de mi bebida, de mi comida,
de mi experiencia.

No soy un peregrino, ni un orador, ni un testigo,....ni profeta, ni enviado, ni hacedor.
Soy el que cada mañana llega a tu puerta con deseos de abrazarte,
de mirarte y sonreír.
Soy el que esperas toda la noche abrazada a tu almohada.
Soy el que llega con el sol,...
a darte las fuerzas para despertar y comenzar.

A. Jose Maria Pintos.