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jueves, 25 de septiembre de 2014

EL CASO DE LA NIÑA DE MEXICO QUE...
Estamos tan acostumbrados a la delincuencia, a la ignorancia, a la apatía, a ser dirigidos y conformados con "cucherías",
que la simple aparición de una niña lúcida y bien educada es tomada como una "genio".
Esto demuestra, como bien dice ella, cómo hemos menospreciado los valores, los auténticos valores que cultivan al espíritu
y lo hace grande.
En la actualidad la educación a pasado a ocupar un lugar tan fuera de las necesidades conductuales, que se le ha restado importancia
al punto de prácticamente eliminarla de nuestro diario vivir.
Han reemplazado educación por conducción. La satisfacción de gustos, lujos y necesidades para nada prioritarias hacen del hombre
un ser cada vez más manejable.
Nos entretienen. Han reemplazado los programas educativos por los de entretenimiento, a todo nivel(infantil, adulto, por géneros, por nivel cultural).
Ya no existimos como sociedad cultural. Se han desvirtuado todos los valores sociales, éticos y morales.
Las civilizaciones se caracterizan por su nivel cultural propio de cada zona..
La globalización ha impartido el régimen consumista como primera necesidad. Trabajamos para ganar dinero que utilizamos en comprar cosas que no necesitamos.
Pero que la sociedad nos impone como necesidad.
La comunicación, la hiper comunicación, atrapada como una necesidad cultural a través de las grandes redes comerciales, sociales y seudo culturales.
Celulares, cada vez más sofisticados, laptops, tablets, deslumbrándonos con la tecnología digital y táctil.
Mientras no alimentan con residuos tóxicos, venenos empaquetados que nivelan o exaltan nuestras emociones creando una dependencia hacia ellos.
La legalización de la drogas, la promiscuidad, la infidelidad, el sexo ocasional la farmacología mercantilista, la medicina paga a través de las obras sociales.
Todo tiene un valor monetario, pero ninguno moral, espiritual o humano.
Reemplazan nuestros órganos prolongando la vida (útil?), nos mienten con la política, la religión, la medicina. Crean enfermedades en laboratorios, para vendernos luego los antídotos.
Ha sido comprada hasta la misma guerra mundial, que por cierto siempre fue producto de una crisis socio-económica.
El control y manipulación de nuestras necesidades física y emocionales a través de las redes sociales.
Todos formamos parte de un enjambre de embriones en desarrollo que sirven de alimento a una élite que aún no consigue la "dorada inmortalidad".
Entonces, como en el caso de esta niña, que no es una genio, sino un ser humano educado en un hogar con valores, debemos enfocarnos en mejorar como personas:
menos música embriagante, reemplazar los entretenimientos con recreación. Estudiar, cultivar el alma, el espíritu, el cuerpo, la mente. Dejar de fomentar vicios y desvíos conductuales.
En el caso de la Argentina, donde ahora la nota más baja para los exámenes es 4,donde no hay aplazados, donde no se estimula el estudio.
Donde en lugar de poner a la gente a trabajar se les da subsidios, justificando que con ellos paliarán las necesidades de las clases marginadas y disminuirá la delincuencia.
La delincuencia no disminuye con subsidios, con entretenimientos o distracciones.
La delincuencia disminuye con educación obligatoria. Servicio militar obligatorio para sacar a la juventud de la comodidad del hogar, la droga y la prostitución.
La delincuencia disminuye con fuentes de trabajo. Con penas judiciales tan fuertes como para dar un ejemplo.
Los presos o condenados tienen en su "cárceles" más comodidades y lujos que cualquier persona que esté afuera trabajando para sobrevivir.
Las familias "carenciadas" tienen derecho a usar la violencia para reclamar por algo que ni siquiera se merecen.
"Da la sensación que si se levantada algún legendario líder político con el cerebro, el corazón y los testículos bien puestos,
diría: Vagos! A trabajar. A estudiar. No mas fiestas descontroladas, no más alcohol ni drogas. No más vicios.
A trabajar para lograr un humanidad mejor."
Una cultura, un país, una civilización se levanta con esfuerzo, trabajo, empeño,dedicación.
No hablemos de sacrificios. Porque ahora se le llama sacrificio a tener que prescindir de placeres y necesidades impuestas.
Cada uno en lo suyo, y de la mejor manera, empeñados con mente, cuerpo y alma en el bienestar propio y de los demás, que al fin y al cabo somos nosotros mismos
proyectados como un espejo de lo que somos y no nos atrevemos a ver y reconocer.
Esta niña es un ejemplo, no un genio. Un ejemplo que todos aplauden, pero nadie sigue.

A. Jose Maria Pintos.
En la premiación del Certamen fotográfico "Un flashazo ciudadano" centrado en el tema...
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