DIALOGOS ENTRE UN MAGO Y SU DISCÍPULO.
Contemplando la silueta del mago, el discípulo, al fin le preguntó:
-Por qué cuando hablamos de algo, yo me quedo pensando y tú no?
Por qué no hablamos de lo que piensa cada uno?
Por qué no hablamos de lo que piensa cada uno?
-No serviría de nada.-Respondió el mago. Si más de una persona se ocupa de un problema, sólo conseguiría confundirse más.
La verdad la puede obtener cada uno de sí mismo. Y nunca será igual a la de su semejante u otro "observador".
La verdad la puede obtener cada uno de sí mismo. Y nunca será igual a la de su semejante u otro "observador".
A. Jose Maria Pintos.
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