Voy a encender las luz de las horas
para entenderme con mi vanidad.
Escudriñaré mi tiempo de viejas notas
sobre una melodía escrita de arrabales.
Melancolía de voces
que nunca llegaron de mi pasado.
Y estrellas en mis largas noches
que se llenaron de espacios
donde nunca estuve.
Sólo entiendo sin saber
lo que el pensamiento dicta como idea.
Más qué podría yo hacer?
Nunca hubo dos otoños seguidos,
o un verano dando a luz
a una nueva primavera.
Si retrocediera mi verbo,
seguro conjugaría su tiempo,
y me urgiría detenerme
a la espera de un nuevo camino.
A. Jose Maria Pintos.
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