No quiero dormirme de eneros,
saberme callado ante tantas palabras,
sentirme sembrado en medio del mar.
Contagiado de letras,
instantes de quietudes hebraicas,
misterios en mis pasos,
tal cual como jamas sin verlos
pude no estar en ellos.
Se siente en la piel de los demás,
en su sufrimiento de emociones palpables.
Lágrimas de luz
donde sólo atardece en silencios repetidos.
A. Jose Maria Pintos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario