NO EXISTE EL KARMA.
Creer en el karma es reconocer y cargar con una culpa que no tenemos.
El dolor, el placer, la felicidad, la tristeza, el miedo, el valor,...sólo existen en esta vida.
Tras dejar este estado de dependencia de la materia, toda sensación, toda emoción cesa.
Le llaman la muerte, pero no es el final.
Existe otro estado del alma que aún desconocemos, al que no tenemos acceso sino a través de la iluminación, de la supraconciencia, un modo de existir que supera por completo toda forma de sensación y percepción.
Al no poder entender lo que acontece, y a la falta de datos reales, "rellenamos" con datos ficticios las realidades a las que no tenemos total acceso.
El dolor, el placer, la felicidad, la tristeza, el miedo, el valor,...sólo existen en esta vida.
Tras dejar este estado de dependencia de la materia, toda sensación, toda emoción cesa.
Le llaman la muerte, pero no es el final.
Existe otro estado del alma que aún desconocemos, al que no tenemos acceso sino a través de la iluminación, de la supraconciencia, un modo de existir que supera por completo toda forma de sensación y percepción.
Al no poder entender lo que acontece, y a la falta de datos reales, "rellenamos" con datos ficticios las realidades a las que no tenemos total acceso.
El actual estado de conciencia es sólo un adormecimiento del alma, donde todo sucede sin que seamos participes.
En este plano (o superposición de planos) hay leyes muy específicas, conocidas desde la más remota antiguedad y cuyo origen se pierde en la historia de los tiempos.
La ley de Causa y efecto. Toda causa tiene su efecto y todo efecto tiene su causa.
Todo lo que hagamos, pensemos, sintamos, experimentemos, tiene su causa y su repercusión, sobre esta vida y sobre nuestra alma.
Todo lo que hagamos, pensemos, sintamos, experimentemos, tiene su causa y su repercusión, sobre esta vida y sobre nuestra alma.
La ley del péndulo: todo sube y baja, crece y decrece. La mente de Dios es la respiración del Universo.
Mal llamamos "enlaces kármicos" a las relaciones entre los modos de compensación dimensional. un equilibrio que nada tiene que ver con nuestra individualidad.
A. Jose Maria Pintos.
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