En los días de agitado ímpetu
suelo alejarme de todo
lo que pueda afectarme,
o afectarle yo.
Son días de mucha luz,
sensibles, reaccionarios.
Son días que crezco por dentro,
y pareciera que por fuera, también.
Me acurruco, encojo, y estallo.
Es un giro, un cambio.
Reconocerme y desconocerme.
Es ver todo desde arriba,
desde afuera, y por dentro.
Es chocar contra los límites impuestos.
Las creencias. Las mentiras.

En los días de gran tormenta
salen a flote mis partes dormidas,
calladas, ocultas,
sembradas dentro del cielo.

Todo se ve claro, transparente,..
pero no por todo ello "hermoso".
Tal vez sea todo lo contrario.
Se ve mucho más real, lógico,
discutible, razonable.
Renace la genialidad.

Miro al mundo con ojos de muchos tiempos.
Lo miro y no puedo entender lo que veo.
Sin embargo comprendo todo.
Es sencillo.
Un agujero.
Precipicio, caída y cielo.
Se descubre toda la verdad,
se revelan todos los secretos.
Es visible la mentira.

En momentos como estos
nada puede ocultarse.
No hay misterios. Ya nada es fantasía.
Nada es falso.
Ya nada tiene dos caras.

En los días como estos
muchas veces en mi vida
creí naufragar, morir, terminar.
Destruí todo,
arrojé todo por la borda.
Olvidé momentos,
sacrifiqué recuerdos.
Creí en el final.

De pronto tengo a Dios
de frente, cara a cara.
Lo descubro en mis pensamientos,
como uno más entre nosotros.
Recreando mundos viejos.

Veo a mi antigua mente
abriendo y cerrando cajones;
inventando, borrando y decorando puertas.

Una vida en muchas vidas.
Ideas, sueños, pensamientos.
Lo bueno, lo malo, lo aprendido,
lo sabido, lo oculto, lo prohibido.

De repente yo,
viviendo entre tantos mundos.
Parece estallar mi mente.
Todos hablan, corren, gritan.
Algunos simplemente callan.
Los siento como si fuera adentro,
que estuvieran adentro mío.

Quiero arrancarme la realidad a tiras.
Miro el espejo,
ya no puedo sonreír.
Lo que veo no me sorprende.
Es frágil, efímero, viejo, temporal,
sin dueño.

Busco la oscuridad,
el silencio.
Busco aquietar mi mente.
Dejar de pensar,
detener todo pensamiento y bullicio en mí.
Dejar de sentir,
de vivir como estoy viviendo.

Todos recuerdos
de momentos idos,
presentes, futuros, pasados,
perdidos.

Miro el reloj.
Qué hora es?
Mira la fecha.
Qué día es?

12-13 de septiembre.
Mes noveno.
2014.
Luna llena. Nunca nueva.
Hace frío aquí
en el país del sur.
Donde estoy,
muy
al sur.

Mis oídos semejan cañones
en plena batalla conmigo mismo.
Vértigo en plena mar,
como volar a ciegas entre bandadas,
de aves,
de naves,
de espacios rotos al ruido.

Busco caer, dormir.
Busco calmar. morir.

En los días de gran tormenta
temo siempre por el final.
Hasta que más que temerle
más lo deseo.

Pero todo pasa.
No sé cuándo.
Pero sé que pasa.

A. Jose Maria Pintos.