De repente
la misma noche se hace noche
sin oscuridad propia para dejarse ver,
sin identidad propia
para dejarse amar.
Sólo momento avanzando,
retrocediendo,
elevándose y descendiendo
hasta donde las palabras
se vuelven impronunciables.
la misma noche se hace noche
sin oscuridad propia para dejarse ver,
sin identidad propia
para dejarse amar.
Sólo momento avanzando,
retrocediendo,
elevándose y descendiendo
hasta donde las palabras
se vuelven impronunciables.
No hay comentarios:
Publicar un comentario