Cómo duele matar un sueño
que debimos apagar
para que otro no muriera.
Más cuando ese sueño
fue creado para completar
al primero que no terminó
de cumplirse.
Cuando sueñas
creas realidades,
personas, momentos,
vidas.
Cuando sueñas
te haces responsable
de aquello que creas.
Y de aquello que apagas para siempre.

Siento haberme equivocado
las veces que pude equivocarme
y las veces que en verdad
me equivoqué.

Pido perdón
por ser un mal creador.
Por equivocarme en mis deseos.

Gracias.
Agradezco a esta corta vida,
la oportunidad de reconocer
que no fueron quienes estuvieron en ella
mis equivocaciones,
sino que en sí
mi vida ha sido un error.

A. Jose Maria Pintos.

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