Al girar el reloj de mis días
las horas parecen adueñarse
del tiempo que me queda por vivir.
Escombros de ideas
refugiadas de momentos.
La llave blanca que abre la luz
de esta pared envuelta de harapos.
Un sueño que ha quedado guarnecido
en la sutil mentira de la verdad.
y yo escondo mis sábanas.
Mis vergüenzas redimidas.
Como un viejo cañón abandonado
que sopla un fuego que ya no tiene.
Vehemencia de lirios.
La hora quedada atrás
abandonada al azar.
Y mi temple de caballero
purgando mi turbulenta paz.
Yo creo en los ríos.
Sí, yo creo.
las horas parecen adueñarse
del tiempo que me queda por vivir.
Escombros de ideas
refugiadas de momentos.
La llave blanca que abre la luz
de esta pared envuelta de harapos.
Un sueño que ha quedado guarnecido
en la sutil mentira de la verdad.
y yo escondo mis sábanas.
Mis vergüenzas redimidas.
Como un viejo cañón abandonado
que sopla un fuego que ya no tiene.
Vehemencia de lirios.
La hora quedada atrás
abandonada al azar.
Y mi temple de caballero
purgando mi turbulenta paz.
Yo creo en los ríos.
Sí, yo creo.
A. Jose Maria Pintos.
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