Si tengo la libertad de creer,
tengo la libertad de crear.
Eso descarta toda posibilidad de intervención
externa a mí,
pues no existe un afuera que pueda ocupar mi creación.
...

Todo nace y muere dentro de mí.
Lo demás es lo que ignoro.
El conocimiento me libera.
El conocimiento me hace conciencia.
El conocimiento me hace Dios.
(Hace muchos miles de años,
el Gran Orador pisó la cabeza de la serpiente
y condenó a la humanidad a la ignorancia.
Desde ese entonces,
se hicieron turbias las aguas
para impedir ver su contenido,
hacerlas parecer más profundas,
y temer a la Verdad.)

A. Jose María Pintos.