Recuerdo que una vez vi una corto (video) en el cual un niño observaba la luna con mucha curiosidad.
La contemplaba, Interiorizaba su esencia y la regurgitaba como posible respuesta a un interrogante que nunca parecía tener respuesta.
Al fin,
el niño estiró su brazo.
Cojió la luna, ahora de color amarillo,
le dio un mordisco y esbozó un gesto de placer.
La contemplaba, Interiorizaba su esencia y la regurgitaba como posible respuesta a un interrogante que nunca parecía tener respuesta.
Al fin,
el niño estiró su brazo.
Cojió la luna, ahora de color amarillo,
le dio un mordisco y esbozó un gesto de placer.
Y se dijo:
- Yo sabía que para algo tenía que servir!
- Yo sabía que para algo tenía que servir!
^_^
A. Jose Maria Pintos.
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