Songs

domingo, 23 de agosto de 2015

Vendo mi alma al Mundo,
y el mundo me paga con placeres
tan efímeros
como el amor adolescente
por un ideal ajeno.
Un Dios hecho montaña
para adorar bajo la lluvia,
y un demonio tan endemoniado
que ni siquiera es capaz de complacernos
más de lo que nosotros podemos pagar
por ello.
Una verdad tan vaga y sin razón
que por momentos
me vuelvo sabio en un hospicio de tejas,
y suelo arrancar arañas de entre las sábanas de papel.
Cuánta mentira!
Y CUÁNTA CREDULIDAD!

A. Jose Maria Pintos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario