Songs

domingo, 30 de agosto de 2015

Caigo en la tentación de los ilusorio.
Pero tan pronto como me veo seducido, me doy cuenta del engaño.
Entonces la mentira me da la espalda, diciéndose a sí misma:
"Este no nos sirve, HAGAMOS AL HOMBRE A NUESTRA IMAGEN Y SEMEJANZA"
Y si del libro de las palabras me cayera,
no sería yo un segundo silencio
confundido con un respiro
que se eleva y vuela libre
cargando sobre su momento
la campestre tarde de la primavera.
Y si los viejos sueños
afloraran en vientres que no son míos,
en arrullos de cuencos que crean la danza
y llueven esquirlas donde donde hubo miedo.
No sería suficiente
con mirar hacia arriba
sin caer de espaldas?
No. Creo que no.
A. Jose Maria PIntos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario