La sobriedad de las formas no denuncian una carencia de estilo.
Una mente sana busca la armonía y la belleza. Estudia para mejorar.
Una enferma pretende ser comprendida a través de sus desvaríos, y quiere contagiar a una sociedad putrefacta con sus ataques de abstinencia.
El enfermo sostiene que el horror es belleza, y se automutila en pos de sus ideales de segunda mano.
A. Jose María Pintos.
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