Songs

lunes, 3 de noviembre de 2014

Cuando baja la tarde
sólo me queda un vientre de azulejos
donde guardar mis entrañas.
Esconderme de viejos lobos,
magos del ocaso,
simios del engaño.
Salvaguardar mi tierra hecha de piel,
mis ojos de miradas vanas,
mi canción
jamás entonada.
Cuando cierro los ojos,
pequeñas figuras se convierten en sombras,
se aderezan de espasmos
entre mis viejas manos.
Y una tarde muy tarde,
terminada en noche
para los nuevos ciegos,
me anuncia callada
que es un nuevo sueño.

A. Jose Maria Pintos.

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