No veo la mañana hasta que el sol aparece.

Se dibuja expectante ante la mirada del cielo.

Se desabriga de nubes y escala el firmamento.

Quieto en la espera, impasible en la lluvia.

Gajos que buscan sembrarse en la distancia del olvido.

Trepar lo nuevo y querido, o abandonarse al propio sin sentido.

Mis manos temblorosas de esperas, de tallos erigiendo el color.

Suave brisa. Llovizna de primavera.

Un piano que espera ser acariciado en sus notas.

El techo se hace lejano, desaparece entre las estrellas del día.

El sol calienta ya,...

y me doy cuenta que aún estoy dormido.